La tecnología de la NASA en el espacio es tan sofisticada que es capaz de predecir eventos astronómicos con décadas de antelación. Algunos de sus emblemas como el Telescopio Hubble o el James Webb nos permiten observar las maravillas del cosmos más lejano, pero la NASA también entiendo que al fin y al cabo, la Tierra no es más que una molécula de agua en medio del océano. Por ello construyeron el Oficina de Defensa Planetaria (PDCO), unas instalaciones cuya responsabilidad es localizar y gestionar los cuerpos celestes que puedan suponer un peligro potencial para la Tierra. La PDCO ha registrado un montón de asteroides, meteoritos y cometas en los últimos años, y de eso precisamente han alertado hace unos días.
La NASA lleva siguiéndole el rastro a un asteroide llamado 2023 DW, y esta semana ha determinado que su órbita puede interferir con la posición de la Tierra dentro de 23 años. Pero que no cunda el pánico, porque hacer predicciones con tantísima antelación es, al fin y al cabo, conjetural. La NASA dice que con los datos de órbita que tienen ahora, la posibilidad de que el asteroide impacte directamente con nuestro planeta es de 1 entre 560. La Agencia descarta, por el momento, que se trate de un asteroide potencialmente peligroso. Lo curioso es que, de hacerlo, este asteroide impactaría con la Tierra el próximo 14 de febrero de 2046.

Del tamaño de un campo de fútbol y a 23 años de distancia
Hay pocas posibilidades, es cierto, pero puede que uno de nuestros regalos de San Valentín llegue en forma de roca espacial. Pero aún así, aunque tuviésemos la tremenda mala suerte de que el asteroide acabase impactando sobre la corteza del planeta, las consecuencias no serían en absoluto apocalípticas. La NASA ha revelado que esta roca espacial tiene aproximadamente 50 metros de diámetro, el tamaño de un campo de fútbol más o menos. No se sabe a ciencia cierta de qué materiales está compuesto el 2023 DW, pero lo más probable es que, en caso de impacto, la mayor parte del asteroide se deshaga al entrar en contacto con la atmósfera terrestre.
¿Y si cuando se acerque el día descubrimos que realmente es una amenazada? Por suerte, la NASA está preparada para cualquier escenario, y pudimos ver sus capacidades con la reciente demostración con la sonda DART. Hace unos meses la agencia estrelló una nave contra un asteroide para desviar su trayectoria, y el experimento fue todo un éxito. Este tipo de defensa contra cuerpos celestes peligrosos parece estar ya preparada para entrar a la acción, no digamos dentro de 23 años, donde todo habrá avanzado exponencialmente. Aunque 2023 DW se cruce en nuestro camino en el futuro, estamos bien preparados.
El 'Meteorito de San Valentín' cae en el balcón de la casa de dos ancianos
