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El Gobierno no solo ha sido capaz de dejar el país desamparado en plena crisis sanitaria y económica para poder disfrutar de sus vacaciones, sino que ahora también reconoce abiertamente que no piensa cumplir con sus funciones. De desear el mando único a no querer asumir ninguna responsabilidad. De mostrar ambición y avaricia por acaparar todo el poder, a desistir de él. ¡Entonces deberían renunciar a su sueldo también!. O el Gobierno debe verse abatido, o es que prefiere lavarse las manos. La delegación de las competencias a las CCAA y la oferta a los territorios sobre la posibilidad de establecer el estado de alarma demuestra la incompetencia del Gobierno.

Este cambio de rumbo también podría deberse a que Sánchez prime su imagen personal antes que la estabilidad del país. Su estrategia podría seguir el siguiente principio: si no lo he gestionado yo, no será mi responsabilidad cuando los contagios aumenten. Sin embargo, disimuló su incompetencia colgándose medallas al más trabajador, aludiendo a las teleconferencias con los gobiernos autonómicos. Hasta las propias CCAA llevan semanas pidiendo homogeneidad y responsabilidad en materias de sanidad, educación, inmigración, etc. En su lugar, la respuesta del Gobierno es un lavado de manos. ¿Debemos conformarnos con este trabajo realizado por parte del Gobierno? Este tipo de teleconferencias no significan que lleven "meses trabajando”, como defiende Sánchez.
No solo intenta salvar su propia imagen, sino también la de sus ministros. En plena pandemia y a escasas semanas del inicio del curso escolar los ministros de Educación y Universidades deberían de haber aplazado sus vacaciones, pero Sánchez intenta vender que han trabajado mucho al hacer referencia al guion que dejó previsto Castells antes del verano. Todavía presume de que se han “anticipado” cuando la realidad es que Isabel Celaá ha cambiado de criterio hasta en seis ocasiones, que la curva de contagios avanza y por ello no pueden servir los mismos criterios para un tiempo que para unos meses después y que han sido incapaces de asegurar el derecho a la educación. Ahora será responsabilidad de las CCAA. ¿Entonces podemos despedir a todo el personal que compone el ministerio de Educación y de Universidades ministros inclusive, no?
Como siempre, Sánchez ha evitado responder a casi todas las preguntas de los periodistas en la rueda de prensa. Y es vergonzoso que, tras varios meses de trabajo, la labor que ha destacado Sánchez sobre Fernando Simón haya sido su llamamiento a los influencers a concienciar. Además, el presidente trató como tontos a los espectadores al ofrecernos una clase de nivel básico de Derecho.
Es inaceptable que Illa, Castells, Celaá, y Sánchez, quien además se ha tomado una semana más de vacaciones que el pasado año, abandonen el país para disfrutar de las vacaciones de verano con España a la cabeza europea en contagios y también a nivel mundial en la tasa de fallecimientos por millón de habitantes, con 150.000 personas que se encuentran en ERTE sin cobrar, con alumnos y padres con miles de dudas a escasos días del inicio del curso académico… Hasta Fernando VII habría hecho algo más por su país. Sin embargo, es todavía más inaceptable que tras el regreso de sus vacaciones manifiesten abiertamente que se desentienden de todas sus responsabilidades. El Gobierno no existe, y los muertos por coronavirus recaen sobre las CCAA quedando de España un estado federal, heterogéneo y desestructurado.
