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Del Teatro Barceló al Palacio Real de Madrid. El miércoles por la noche parece que hubo una fiesta privada a la que asistieron personalidades políticas de corte socialista y comunista. A la mañana siguiente, los miembros de Ciudadanos se mostraron indignados al descubrir que no habían sido invitados.
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Fernando Simón pasó por su casa antes de asistir a la ceremonia fúnebre, pero no le dio tiempo a peinarse y, con la resaca, se confundió y se puso la mascarilla de tiburones de su hijo menor. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, logró encontrar en su vestidor una blusa apropiada para el funeral de Estado, pero con las prisas se dejó puesta la falda con la abertura tan pronunciada que deja poco a la imaginación. El vicepresidente, Pablo Iglesias, trató de encontrar la única corbata que tiene, pero pronto se dio cuenta de que no se la había llevado ni a la fiesta, ni al funeral. Él no ha sorprendido a la opinión pública, pues siempre viste con trajes que le tallan grande y prescinde de corbata.
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Quien sí ha causado polémica en las redes sociales ha sido la presidenta socialista del Senado, Pilar Llop, que ni pasó por casa; del Teatro Barceló al funeral de Estado. Portando un outfit de fiesta en dos piezas de satén: el mismo top dorado y la falda morada que lucía el día que le designaron el cargo el 10 de julio de 2019. A diferencia de la reina Letizia y las infantas, quienes sí vestían prendas de luto como las blusas cerradas, algunas de las asistentes escogieron vestidos negros ceñidos con escote.
Esta socialista se pasó por el #FuneralDeEstado después de salir de perrerar pic.twitter.com/YeiDlsiRNF
— MEDITERRÁNEO DIGITAL (@MediterraneoDGT) July 16, 2020
No solo se ha faltado el respeto a las víctimas de la pandemia con la falta de etiqueta, sino que también se despreció a la corona. Miembros de Podemos se dieron la vuelta mientras el Jefe de Estado, Felipe VI, tenía la palabra.
Los progres no han sabido desvincular su idea de progresismo como rechazo a la tradición. Han despreciado, por su origen católico, una ceremonia de honor y respeto a los fallecidos hasta el punto de convertirla en una fiesta.
El mismo día que se celebró el funeral por las víctimas del Covid-19, los socialistas y los comunistas decidieron por votación que no quieren que se sepan los datos reales del coronavirus en Madrid, una iniciativa sobre transparencia que VOX ha propuesto ante el Congreso. Con ello, queda en evidencia que se trataba en realidad un acto superfluo y propagandístico disfrazado de funeral, pero un funeral irrespetuoso y hueco.