Con el auge del separatismo y su extensión del odio por el territorio nacional han surgido multitud de ideas para paliar la locura de los secesionistas, para hacerles ver que están errados, con ideas más o menos acertadas.

Entre tanto ingenioso y creativo, han aparecido los que han pedido el boicot a los productos catalanes. ¿Perdón? ¿Estamos locos o qué?
¿Es que no ha quedado claro que más del 50% de los catalanes no queremos la independencia? Es decir, para quien no lo haya entendido, ¡la mayoría de catalanes no queremos la independencia! Y me incluyo, para que no haya el menor resquicio de duda.
No entiendo a qué alma iluminada se le ocurrió la desastrosa idea de ocasionar más sufrimiento, incertidumbre y abandono a los patriotas catalanes. Porque sí señores, boicotear los productos catalanes es ocasionar más daño a los ciudadanos. No porque el empresario de turno sea separatista y dejen de comprar sus productos va a cambiar de idea, pero lo que sí va a ocasionar es que sus trabajadores, entre los que habrá de todo tipo de pensamiento e ideología, pierdan su empleo y con ello el sustento de su hogar.
Y no me refiero a un producto en concreto, ya sea cava “Brut Nature”, fuet “Casa Tarradellas”, joyas “Tous” o moda patriota como “La Flamenca de Borgoña”, boicotear un producto o empresa tendrá sus consecuencias más allá del empresario lazi, porque señores, tengamos en cuenta que todas las empresas tienen proveedores de materias primas, embalajes, servicios, y quien no os dice que dicha empresa está contratando los servicios de un empresario en Madrid, Sevilla o Badajoz, o incluso justamente la empresa donde tú trabajas, con lo cual, te puede acabar afectando a ti si tu jefe pierde un cliente.

Pensemos en el bien común, en mejorar nuestra sociedad, en ayudar a que los separatistas abran los ojos, en no fastidiar al prójimo… porque nos podemos acabar fastidiando a nosotros mismos.
Patricia Muñoz [Twitter: @PatriciaSbd] en MEDITERRÁNEO DIGITAL.
Coordinadora VOX Vallés Occidental (Barcelona). Politóloga. Activista Social.