Parece que fue ayer cuando, la gente como alocada y poseída, buscaba abrir su primer perfil en el que iba a ser el gigante de las redes sociales, aquel ladrón de tiempo, que nos separaba de nuestros seres queridos y que nos conectaba a una pantalla fría y falsa.
Hoy, después de 16 años, todavía navegamos como zombies a través de sus garras, buscando ni sabemos que, pasando página más rápido de lo que nuestro ojo puede acaparar, mirando de manera superficial aquello que nos llama la atención o tirando al baúl de los recuerdos no importantes aquello que no nos dice nada.
Nuestra memoria se carga a diario de información poco relevante. Y se descarga aquella información que podría ser vital.
Facebook es increíble. E hizo una gran labor. Pero ahora, que lo conocemos, que el juguete ya no es tan nuevo, que lo navegamos del norte al sur y de este al oeste, que perdimos incluso momentos únicos al lado de nuestros seres queridos por "su culpa", ahora que ya han aparecido decenas de otras redes sociales y la novedad ya no es novedad... querido mío, ahora , después de 16 años te invito a reflexionar. Y te invito a conectar de verdad. A reconectar con las personas. A sentir el calor humano. A sentir el abrazo sin pantallas de por medio. A oír latir los corazones y ver los ojos brillar. A coger de la mano a aquella persona que te susurra alegría. Sentir sus huellas, sentir su tacto. Dejar que vuestras manos suden al entrelazarse los dedos. Hacer esas trencitas en el cabello colorado de tu sobrina mientras juegas tocando con los pies el pelaje suave de tu gato inquieto.
¡Vive! Vive con Facebook o sin el. ¡Pero vive! Las experiencias sensoriales que aporta el contacto humano supera por millares cualquier engagement de la mejor red social.
Reconecta con las personas. Reconecta contigo mismo.
Aura Modoran
Licenciada en educación infantil. Coach profesional y experta en comunicación, formación y gestión de equipos.
Es redactora de MEDITERRÁNEO DIGITAL
