
La cadena de comida rápida británica Pret a Manger ha sido multada con 800.000 libras (unos 930.000 euros) después de que una empleada se quedase atrapada en uno de sus congeladores durante más de dos horas, llegando incluso a utilizar cajas de cruasanes para evitar la hipotermia.
El tribunal de Westminster ha confirmado que la trabajadora vestía vaqueros y camiseta cuando quedó atrapada en un congelador industrial con una temperatura de -18ºC y tras ser hallada estaba en estado de angustia, luchando por respirar, y sus piernas y pies se habían entumecido.

Acto seguido, fue trasladada al hospital, donde la trataron por hipotermia, una situación que la empleada intentó evitar de todas las formas posibles, llegando a intentar romper sin éxito una caja de cartón llena de cruasanes de chocolate para protegerse de la ventilación que expulsaba aire helado.
La investigación judicial ha descubierto que no existía una evaluación de riesgos adecuada para los empleados que trabajan en entornos de temperatura controlada, una violación de la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo que ha supuesto una multa de 800.000 libras, más 23.667 libras en concepto de costas.
“Los escandalosos detalles de este caso demuestran una falta de cuidado y atención debidos. Este incidente demuestra que pasar por alto medidas básicas de seguridad puede tener consecuencias gravísimas”, ha denunciado la vicepresidenta y miembro del gabinete de Comunidades, Protección Ciudadana y Concesión de Licencias, Aicha Less.
No es la primera vez que ocurre un caso así con la cadena Pret a Manger, ya que en los 19 meses anteriores se habían producido varias llamadas relacionadas con pulsadores defectuosos o congelados, como otro trabajador atrapado en un congelador tras no poder abrir su puerta desde el interior.