Begoña Gómez reapareció públicamente esta semana en la recepción oficial que tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid y que ofrecieron los Reyes a los líderes y dirigentes asistentes a la Cumbre del Clima que se celebrará durante las próximas dos semanas en la capital de España.
La mujer de Pedro Sánchez consiguió acaparar todas las miradas: se nota que ha aprovechado el tiempo libre que le deja su trabajo en el Instituto de Empresa para pasar por boxes y someterse a algunos retoques estéticos muy favorecedores. Se ha cambiado la cara.
Tal y como refleja en su crónica social Chic, de Libertad Digital, el cabello de Begoña Gómez luce ahora mucho más sano gracias a su nuevo corte y a un color rubio más natural. Pero no solo eso, su rostro parece mucho más joven y luminoso, y son evidentes los retoques en los pómulos y el surco nasogeniano, la zona de la cara que va desde la punta de la nariz y rodea la boca, donde se forman arrugas de expresión con la edad. Aunque el maquillaje ayuda, las arrugas de la frente también han desaparecido, unos cambios que solo se solucionan con infiltraciones de vitaminas, ácido hialurónico y bótox.
Una piel mucho más luminosa y sin arrugas, y unos pómulos más firmes y turgentes, dispararon todas las sospechas. La señora de Pedro Sánchez ha pasado por el quirófano para rejuvenecer su rostro y mantenerse más joven.
Menos mal que a las feministas no les importan los cánones de belleza impuestos por el heteropatriarcado.
Pedro Sánchez se gasta una pasta en retoques estéticos para ser irresistiblemente guapo
