Al final, va a resultar que la huelga de hambre de los 'presos políticos' independentistas va a tener la misma credibilidad que la proclamación de la República Catalana después del referéndum del 1 de octubre: ninguna. Hasta en eso van de farol.
Cuando se cumple el décimo día sin comer de Jordi Sánchez y Jordi Turull, y el séptimo día de Josep Rull y Joaquim Forn en vaga, fuentes cercanas a los dirigentes separatistas han filtrado al diario El Español las argucias que supuestamente estarían utilizando para alimentarse a escondidas. Tal cual.
"No comen sólidos, es cierto, pero sí beben batidos nutricionales que les proporcionan médicos ajenos a los servicios sanitarios de la prisión. Perderán peso, por supuesto, y eso les servirá de cara a los medios de comunicación, pero no están haciendo una verdadera huelga de hambre", aseguran desde prisión.
Batidos en polvo
La información acerca de los batidos nutritivos –en polvo– con los que los presos estarían esquivando el deterioro asociado a una huelga de sólidos, arroja también una nueva luz sobre el extraño episodio de la foto de los siete de Lledoners. La imagen, filtrada a los medios, fue publicada el día 1 de diciembre, poco antes del inicio de la huelga. Su objetivo sería mostrar el antes y el después de los políticos como medida de presión internacional.
Pero lo cierto es que esa unidad no existe porque Oriol Junqueras, Raul Römeva y Jordi Cuixart han rechazado, de forma vehemente, sumarse a la acción de protesta, como se explica en varios artículos publicados en la prensa catalana.
El resto de presos, hartos de sus privilegios
Pero los batidos que, siempre según las mencionadas fuentes, estarían consumiendo los huelguistas, no serían su único privilegio durante su estancia en prisión. También han sido declarados exentos de la obligación de acudir al comedor del penal durante las horas de las comidas, lo que en la práctica les exime de colaborar en las tareas de recogida y limpieza posteriores.
Según las órdenes transmitidas por la dirección a todos los funcionarios, los huelguistas deben permanecer en su celda durante las horas de las comidas y antes del recuento previo a la entrada en el comedor. La única excepción a esa regla sería la existencia de "motivos médicos" que justificaran su presencia en otras dependencias del módulo.
El diario Economía Digital publica que la directora de la prisión, Paula Montero, estaría barajando incluso la posibilidad de presentar su dimisión, hastiada por las presiones políticas y los privilegios de los presos del procés. Según las fuentes citadas en el artículo, el principal responsable sería Jordi Sànchez: "El hombre de confianza de Carles Puigdemont es quien trata de poner patas arriba la normalidad del centro penitenciario para atender su huelga de hambre".
La independencia de Cataluña ha pasado de los cantos a la heroicidad y las grandes gestas de la historia a un simple juego de trileros, fugados y encarcelados. Si los héroes de la resistencia al sitio de 1714, que tanto venera el nacionalismo, levantaran la cabeza. ¡Qué ridículo!
