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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, líderes del Gobierno social-comunista, han sido recibidos como merecen: con una atronadora y potente pitada a su llegada al Palacio Real para asistir a la parada militar con motivo de la Fiesta Nacional de este atípico 12 de octubre. Pese a los intentos de Moncloa por evitar la cercanía de la protesta, los pitidos y los insultos han sido nítidamente escuchados a su llegada. Miles de personas se dieron cita junto al Palacio Real, en la calle Bailén, para, además de lanzar gritos contra el Gobierno, corear consignas en favor del Rey y la Corona.

El coronavirus ha marcado este año la conmemoración del Día Nacional del 12 de octubre. Los eventos se han visto reducidos a un acto austero en la Plaza de Armas del Palacio Real. Este año, ni desfiles de los Ejércitos ni recepción en el Palacio Real por parte de los monarcas a las autoridades.
Por este motivo, el acto también ha servido para rendir tributo a todos aquellos que han servido en la lucha contra la pandemia, como lo demuestra la presencia de miembros del Cuerpo Nacional de Policía, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, el Summa, el Equipo de Emergencia y Respuesta Rápida de la Comunidad de Madrid (Ericam), el Cuerpo de Agentes Forestales de la región, el Samur, la Policía Municipal de Madrid y el Cuerpo de Bomberos, tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad de Madrid.
El leitmotiv de esta celebración es 'El esfuerzo que nos une', en referencia a la lucha contra el Covid y en reconocimiento a todos aquellos que han actuado y continúan actuando contra ella.
Frialdad y tensión
Pese a lo austero del acto, la jornada ha sido intensa y llena de tensión. Ya desde este domingo, durante los preparativos del evento, desde Moncloa se afanaron para poner en marcha un despliegue que minimizara una posible protesta popular a la llegada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a los eventos convocados, tratando de alejar de la zona 'más caliente', los tiros de cámara y los micrófonos. Pero también la llegada del vicepresidente, Pablo Iglesias, había preocupado a los organizadores. La manipulación que tanto le gusta la izquierda mediática. TVE, la televisión pública que pagamos todos, ni lo contó.
Es la primera vez que el presidente, el vicepresidente y el Rey coinciden en un evento del alcance del 12 de Octubre, día de la Fiesta Nacional.
Y eso después de que desde Podemos desataran una campaña contra el Rey Felipe VI. Así que el dispositivo de seguridad desplegado ha sido muy importante y visual.

Pero, además, por primera vez, se celebran estos eventos después de que el Gobierno haya decido imponer el estado de alarma en Madrid, con importantes diferencias de criterios con la comunidad autónoma y un potente enfrentamiento entre los partidos del Gobierno y los de la oposición.
'Viva el Rey', 'Sánchez dimisión', 'Gobierno dimisión', 'asesinos', 'viva España', fueron los gritos más coreados por los asistentes a los actos por la Fiesta Nacional.
Sánchez intercambió saludos fríos con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la ciudad, Martínez-Almeida acudió junto a su gobierno prácticamente al completo.
Antes de iniciarse el acto se visualizó la distancia política que vive se vive en España. Los miembros del gobierno del PSOE y de Unidas Podemos juntos, alrededor de Iván Redondo y a una veintena de metros, los representantes del PP, Ciudadanos y Vox. Lejanía absoluta.
A los actos han asistido una amplia representación de residentes autonómicos, además de las personalidades de las alas instituciones del Estado. De nuevo, los nacionalistas vascos y catalanes se alejaron de la convocatoria por la Fiesta Nacional.
Este atípico 12 de octubre ha sido presidido por los Reyes junto a la princesa de Asturias y la infanta Sofía. El evento se ha visto reducido por la seguridad ante los efectos del Covid. Tradicionalmente consistía en una importante parada militar a la que asistían miles de españoles en el Paseo de la Castellana. En esta ocasión, un discreto desfile en el Patio de Armas del Palacio Real.