
Pedro Sánchez sabe que es guapo. Muchísimo. Y no, no lo decimos nosotros. El propio presidente lo reconoce en su socarrada autobiografía ‘Manual de Resistencia’, en la que afirma sin rubor que su belleza era tan abrumadora que fue incluso un impedimento para el despegue de su carrera política.

"Aquella fue la época de 'Pedro el guapo', cuyo mensaje implícito decía: como es guapo, es frívolo. O algo así. Para combatir esos juicios sobre mí —que eran, estrictamente hablando, prejuicios—, no tenía más remedio que darme a conocer. De ahí mis apariciones en programas de televisión donde hasta entonces los políticos no entraban, como El Hormiguero".
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Sin embargo, algo no cuadra. Si Sánchez, como todo progre que se precie, rechaza abiertamente los cánones estéticos impuestos como un dogma por la sociedad capitalista, y él se fija sobre todo en el intelecto, en el interior y en su valía como persona… ¿por qué ha decidido pasar por boxes desde que está en La Moncloa?
Lo cuenta Cris Castany en Vanitatis, de El Confidencial, en el que hace un repaso pormenorizado de todos los retoques que se ha hecho el líder del Partido Socialista. ¡Ni el Ken de la Barbie!
Empezando por su piel, en la que el acné había hecho estragos, y ahora prácticamente ha disimulado todas las marcas.
Pedro Sánchez es un 'paquete' de Presidente

“Probablemente se ha hecho un tratamiento de láser erbio o utilizado una radiofrecuencia muy novedosa y potente capaz de regenerar y estimular la piel dañada. De esta manera se elimina la piel maltratada y se recupera cuando se trata de una piel marcada por cicatrices o marcas de acné. Se mejora la actividad de las células que se encargan de producir las fibras de colágeno y estimular los fibroblastos". ¡Casi nada!
“En estas fotos luce un cutis ahora mucho más unificado, rejuvenecido, con mejor textura. Además, por su profesión necesita recurrir a técnicas de medicina estética que no le tengan mucho tiempo en el banquillo”.
Su pelo, como el de ‘mira la magia de mi melena’, también luce mucho más brillante y frondoso.
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"El cabello de Pedro Sánchez se observa un cambio en cuanto a la tonalidad. Bajo mi opinión y experiencia considero que se ha sometido a una coloración con barros. Esta técnica es perfecta porque aporta cobertura camuflando las canas y dando un aspecto de brillo y naturalidad. Un protocolo inocuo para el cabello y, sobre todo, nos permite dejar atrás ese efecto betún que era tan habitual ver hace años”. Digno de un anuncio de Pantene.
Su sonrisa: “El presidente destaca que tiene los caninos superiores y los premolares algo comprimidos, así como un diastema (separación) entre los dientes inferiores. Respecto al diente 21 (un incisivo central superior) se advierte que está ligeramente más desgastado que el 11 (el otro incisivo central superior)".
Para no estar preocupado por el físico y saberse más guapo que un Adonis, se ha hecho más retoques que las Kardashian. Pedro Sánchez es un oráculo infinito de sabiduría y coherencia.
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