El president de la Generalitat, Quim Torra, ha lanzado un ultimátum público al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidiéndole una propuesta firme para que los catalanes puedan ejercer su supuesto "derecho a la autodeterminación". También ha puesto una fecha límite: Torra quiere que la última oferta del Ejecutivo llegue antes de un mes. En el caso contrario, ha avisado que no podrá garantizar "ningún tipo de estabilidad" al Gobierno central. Es lo que pasa por pactar con los nacionalistas.
"La paciencia de los catalanes no es infinita. El margen del presidente Pedro Sánchez se ha acabado", ha aseverado el Torra antes de desdeñar las propuestas lanzadas por el PSOE hasta ahora, centradas básicamente en elaborar un nuevo Estatuto de autonomía para Cataluña. "Basta de amenaza y vaguedades, hacen falta decisiones y propuestas concretas", ha remachado en un tono agresivo durante su intervención en el debate de política general, que se celebra esta semana en el Parlamento catalán, que llevaba más de tres meses cerrado.
"Si no hay una propuesta para ejercer la autodeterminación de forma pactada, vinculante y reconocida internacionalmente antes de noviembre, el independentismo no podrá garantizar ninguna estabildiad en el Congreso al señor Sánchez", ha solemnizado Torra. Un president que ha recuperado el tono más contundente a favor de implementar los resultados del referéndum del 1-0 y la proclamación de la independencia.
Pero, una vez más, ha dejado en el aire la concreción de cómo piensa aplicar tal referéndum, más allá de afirmar que se actuará "adecuando a la legalidad la voluntad mayoritaria de los ciudadanos". Y anunciando lo ya conocido: un proceso constituyente para debatir con la ciudadanía el embrión de una futura Constitución catalana y una marcha por los derechos civiles sociales y nacionales. Y sí, desde el punto de vista verbal, con la habitual retórica independentista, ha vuelto a advertir al Ejecutivo socialista de que el Govern avanzará "sin más espera" para hacer efectiva la República.
Tampoco ha habido concreción, más allá de las amenazas, sobre la respuesta que dará a las eventuales sentencias condenatorias a los procesados por el 1-0. "Será un punto de inflexión y no retorno de esta legislatura", ha vaticinado, y ha añadido que la condena legitimará "la aplicación del derecho de autodeterminación". Un intento de presión intolerable en cualquier democracia desarrollada a la independencia del poder judicial.
Los nacionalistas siguen tensando la cuerda ante la inacción y la felonía del Gobierno central.
