
El líder ruso no legalizará la adopción por parte de homosexuales ni los matrimonios entre personas del mismo sexo. Mariconadas, las justas.

"En Rusia no habrá 'progenitor 1' y 'progenitor 2'. Mientras yo sea presidente habrá papá y mamá", proclamó el líder ruso, Vladimir Putin. Tampoco se legalizarán nunca los matrimonios entre personas del mismo sexo, dijo al presidir una reunión del grupo de trabajo que estudia las enmiendas de cara a la reforma de la Constitución.
Putin respondió así a la propuesta de una diputada conservadora de incluir en la Constitución el matrimonio tradicional entre un hombre y una mujer como base única de la familia. Olga Batalina lamentó que hace sólo diez años nadie imaginaba que las palabras "padre y madre" serían sustituidas por los conceptos "progenitor número uno y progenitor número dos".
Putin se cansa de 'mariconadas'

Las palabras de Putin no han sorprendido en Rusia. Nunca ha cuestionado la moral conservadora que promueve la Iglesia ortodoxa rusa, especialmente desde que volvió al Kremlin en 2012 en medio de la mayor ola de protestas que había visto el país. Recientemente, Putin cargó contra el liberalismo "sin género y estéril".
El líder ruso siempre se ha manifestado categóricamente en contra de la unión homosexual y ha promovido leyes para impedir que la población LGTB exprese sus inquietudes o sus reinvindicaciones en público. Hasta han sido proscritas las marchas de orgullo gay, con el argumento de que puede suponer un daño psicológico y moral para los menores de edad. Técnicamente, la medida no sólo afecta a los homosexuales, sino que pone en el punto de mira a cualquiera que defienda en público la homosexualidad como una opción tan válida como la heterosexualidad.
Putin llama 'demonios' a los gais, que solo han venido a sodomizar a los rusos

El giro conservador del Kremlin se ha sentido fuera de las fronteras de Rusia. Moscú obligó a países como España o Italia a incluir en los convenios de adopción firmados con Rusia la condición de que los huérfanos rusos no podrían ser adoptados por parejas homosexuales, ni siquiera por personas solteras. Aspirantes sin pareja que habían superado las primeras fases del proceso se quedaron a las puertas.
La homosexualidad estuvo perseguida durante la mayor parte del tiempo que duró la URSS. Dejó de ser un delito en Rusia en 1993. En las grandes ciudades es tolerada pero no se puede hacer bandera de ello. La línea oficial del gobierno concibe a los gays como un problema. "Los matrimonios homosexuales no producen hijos", dijo Putin en una ocasión, siempre preocupado por la menguante población rusa.
El Gobierno cambiará 'padre' o 'madre' por 'progenitor 1 y 2' para no ofender a los gais
