Como robots. Desaparecen los tradicionales "padre" y "madre" para no ofender a nadie, y los progenitores se distinguirán por números. Con esta nueva medida inclusiva se busca "reducir la discriminación" que sufren las familias cuyos padres son del mismo sexo.
A partir de ahora, en los documentos oficiales escolares, no aparecerá ni "padre" ni "madre", que son fachas, y en su lugar figurará "Progenitor 1" y "Progenitor 2", según una enmienda aprobada por el Parlamento francés.
"Esta enmienda busca establecer en la legislación la diversidad familiar de los niños en los formularios administrativos", ha explicado en la comparecencia la diputada por 'La République En Marche' Valerie Petit.
No obstante, este lenguaje inclusivo ha sido duramente criticado por los más conservadores, ya que argumentan que su aplicación "deshumaniza" la paternidad y podría ocasionar conflictos al intentar definir qué progenitor debería ser catalogado como el 1 o el 2.
El Gobierno prohibirá el Día del Padre y el Día de la Madre para no ofender a los gais
También, los que están a favor de la medida ven errores en ésta ya que consideran que no se da cabida a las familias monoparentales. Hagas lo que hagas, siempre habrá alguien que se ofenda.
Por ello, una de las parlamentarias promotoras de la iniciativa, Anne-Christine Lang, ha propuesto reescribir la enmienda y poner "padre-madre-padre-madre" en los documentos administrativos para evitar "el problema de la priorización de los padres".
Por extraña y surrealista que parezca, esta medida no es nueva, y ya ha sido impulsada por los grupos más progres de nuestro país, con PSOE y Podemos al frente. El Gobierno de Aragón, por ejemplo, ha distribuido una guía que ha hecho llegar a las administraciones públicas en el que explica a los funcionarios cómo deben dirigirse a los ciudadanos para no ofender a nadie.
Con la excusa de que “el uso de determinadas palabras o la omisión de estas para definir y dirigirnos a determinados colectivos puede contribuir a su invisibilización o, por el contrario, a potenciar su reconocimiento e identificación”, impone a los funcionarios aragoneses, entre muchas otras fórmulas, que en vez de decir “el niño” o “la niña” usen alternativas inclusivas como “la criatura” o “la/el infante”.
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