El Real Madrid ganó su 13ª Champions League, la tercera consecutiva, tras vencer en la final al Liverpool (3-1) en el Estadio Olímpico de Kiev. Un título que agranda hasta el infinito el palmarés de un club de leyenda.
FP: #RealMadrid 3-1 @LFCEspanol
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) 26 de mayo de 2018
(@Benzema 51', @GarethBale11 64', 83'; Mané 55')#Emirates | #CHAMP13NS pic.twitter.com/pGZ0jrEv7K
Europa se rindió de nuevo ante la evidencia y sacó bandera blanca ante el hábito ganador y único del Real Madrid. Un Madrid infinito para el que no pasa el tiempo. Un club que anda por la Copa de Europa como el amo y señor del viejo continente. Un equipo con hechizo tal con este torneo que es tan capaz por las buenas como por las malas. El Madrid instauró en Kiev con su Decimotercera Champions una hegemonía desconocida en Europa desde los años 70. Podíamos explicar al Ajax de Cruyff, el Bayern de Beckenbauer, el Milán de Sacchi. Pero esto del Madrid es inexplicable. El Madrid es una mezcla entre los Globetrotters y Disney con un secreto que se parece más a la fórmula de la Coca Cola que a una filosofía de juego. El único ADN del Madrid es el de la victoria.