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El Departamento de Salud de Cataluña insiste en que la situación epidemiológica se está estabilizando. Robert Güerri, coordinador de la unidad de COVID-19 del Hospital del Mar de Barcelona confirma esta “tendencia a la estabilización, aunque no a la reducción”. De hecho, los centros hospitalarios se están volviendo a llenar de pacientes con coronavirus. “Los hospitales no viven de espaldas a lo que pasa en la calle, por lo que si en la calle hay muchos casos al final a algunas de esas personas llegan a los hospitales”, ha expuesto Güerri en el programa Via Lliure, de RAC1.
En concreto, ha contado, su hospital ha visto un incremento de casos en las últimas semanas, por lo que se ha procedido a activar el plan de contingencia, “sin alarmismos, pero con la vista puesta en lo que ocurrió en abril”. Este plan, explica, tiene como objetivo evitar un nuevo colapso sanitario.
Actualmente, según ha detallado el infectólogo, nueve enfermos de coronavirus permanecen en la UCI del Hospital del Mar, que son el 50% del total, mientras en planta hay 28 pacientes con esta enfermedad. Además, ha precisado que los ingresos suelen ser largos, lo que provoca un efecto acumulativo que puede causar un problema al que se pueden enfrentar sin problemas, según Güerri: “Podemos incrementar las camas en la UCI. De momento no se ha hecho porque no es necesario, pero estamos preparados por si acaba haciendo falta”.
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Ingresados más jóvenes
Durante la entrevista, ha desvelado que se ha producido un cambio en el perfil de las personas ingresadas por COVID-19. Mientras que en marzo los ingresos solían ser personas de 65 años, ahora los pacientes hospitalizados con síntomas graves son más jóvenes. "La media de edad ha bajado diez años", concreta Güerri. No obstante, esta tendencia ha vuelto a cambiar en los últimos días porque vuelven a ingresar personas más mayores: "Las personas más jóvenes han expandido el virus y, finalmente, han acabado contagiando a las más mayores".
Lo peor está por llegar
Cataluña está registrando en esta época estival una gran cantidad de contagios diarios. Aun así, la situación es mejor que la de hace unos meses, por lo que el sistema sanitario “se tiene que preparar ahora”, según argumenta Güerri. Asimismo, ha explicado que la temperatura y el calor influyen en la transmisión, pero también otros factores, como el distanciamiento social. “Y esto es lo que nos ha faltado: cuando se levantó el confinamiento todos salimos a la calle en tromba”, ha criticado.

La importancia de que el sistema sanitario empiece ya a preparase se debe a que la pandemia empeorará con el paso de los meses y la llegada del frío. “En otoño la situación será grave”, alerta el infectólogo. “En el momento en que bajen las temperaturas y estemos en lugares interiores, la transmisión puede ser mucho más efectiva y con cargas virales más altas. Si a esto le sumamos la gripe, la situación puede ser muy grave”, ha añadido.
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Mala planificación
“Tenemos la sensación de que las decisiones políticas se toman sin planificación”, ha manifestado Güerri sobre la gestión de las administraciones. Confiesa estar sorprendido de que su hospital tenga planeado un plan de contingencia con varios escenarios mientras que “la impresión que se transmite desde las administraciones es que no hay planificación global, al menos hasta ahora”.
También ha revelado que uno de los principales problemas ahora mismo es la gestión de los recursos humanos: “Después de los meses que hemos tenido, el personal necesita descansar y lo estamos intentado compaginar, pero estamos alerta porque si la situación se desborda hará que contemplar nuevos escenarios”.
Por último, ha insistido en que la solución definitiva será la vacuna. “Hay diversas que están dando buenos resultados y que están en fases de estudio bastante avanzadas. Pero aún nos quedan unos cuantos meses para poderlas suministrar”, concluye.
Con la que se nos viene encima, que Dios se apiade de nosotros.