Acababa de salir de prisión tras cumplir condena por un homicidio durante el atraco a un banco. Se dirigió a un bar de la Pobla de Vallbona, en Valencia, sacó un arma y encañonó a los clientes. Asaltó la caja y se dispuso a huir subido en su coche. Pero iba pasado de vueltas. Y de copas.
La Policía Local le cortó el paso con dos coches patrulla, y le ordenaron que abandonara el vehículo a punta de pistola. El delincuente no sólo desobedeció a los agentes, sino que empotró su automóvil contra un coche patrulla.
Los policías aprovecharon el impacto para reducirlo con una pistola táser, a base de descargas eléctricas. Fue esposado, detenido y trasladado a dependencias judiciales.
A pesar del revuelo organizado en la zona, no hubo que lamentar heridos de gravedad, y el suceso se saldó con el preso y dos policías atendidos de primeras curas.