Hartos. Los catalanes normales están cansados de la paranoia colectiva del independentismo, que ha convertido sus anhelos políticos y sus Repúblicas imaginarias en una pesadilla a gran escala.
Desde la crucecitas y los lazos amarillos, a la máquina de propaganda a dispersión de TV3 y los medios públicos, la metástasis del procés llega absolutamente todos los rincones de la vida en Cataluña.
Los autodenominados Grupos de Defensa de la República (CDR) organizaron esta semana una plantada masiva de cruces en la Plaza Mayor de Vic. Un espacio público y de todos, que se apropiaron para escenificar su enésima performance de totalitarismo y odio a España.
Y de tanto tensar la cuerda, al final se rompe. Un coche ha embestido a toda velocidad, y a plena luz del día, los crucifijos separatistas, para terror y desconcierto de los presentes y desesperación de los impulsores del enésimo numerito indepe.
Cotxe entra en la plaça major de Vic a tota velocitat. Mostres intolerància davant la protesta ciutadana pic.twitter.com/vTjie4MmFI
— Gemma Rial (@GemmaRial) 22 de julio de 2018
Un dels vídeos que han captat les persones que eren a la plaça quan un cotxe ha envestit les creus grogues a #Vic https://t.co/rkdQ1mWXza pic.twitter.com/YNeJEcUlls
— 324.cat (@324cat) 22 de julio de 2018
Las cruces debían permanecer en la plaza hasta este domingo. Después, estaba previsto apadrinarlas. Cada indepe compraría una cruz que se llevaría a casa. Los fondos recaudados irían destinados a la 'caja de solidaridad' de los presos políticos. Absolutamente de frenopático.
Los Mossos ya han abierto una investigación para encontrar al autor de los hechos, y el Ayuntamiento de Vic, en manos de los independentistas, ha calificado el acto de atentado contra la libertad. Ocupar toda una plaza pública con cruces de madera es democracia de la buena.