La última de la multiculturalidad progre ha llegado para quedarse en la ciudad condal de nuestra Patria y los barrios donde rige la ley islámica son ya hoy una realidad. Las empresas de paquetería de Barcelona han decidido prevenir y no curar, tachando de su mapa de entrega las zonas peligrosas o, como ellos denominan: “zona con restricciones”. Sin embargo, ¿qué esperar de una urbe en la que el incremento de la inseguridad ha sido ya admitida por sus propios políticos y hasta donde la población civil ha tenido que organizarse para defender a sus ciudadanos en los transportes públicos?

El progresismo de Colau convierte Barcelona en la ciudad más insegura de España
‘Su paquete no será entregado en su domicilio porque está dentro de una zona con restricciones’
Este es el SMS que los clientes de las paqueterías más conocidas a nivel nacional reciben en sus móviles cuando solicitan una entrega en su domicilio sito en alguna de las zonas más peligrosas de Barcelona, tales como el Maresme, el Raval y, sorprendentemente, algunas manzanas del Puerto Olímpico. Una solución que vela por la seguridad de los repartidores pero que también reverbera en la molestia del usuario, quien debe acudir personalmente hasta la oficina de la empresa de reparto.
Una tendencia a nivel europeo que no resulta extraña pues, como ya informamos anteriormente, en Europa ya se han multiplicado estas ‘no go zones’. Capitales tan importantes como París cuenta con barrios especialmente conflictivos, donde los policías o gendarmes sólo se atreven a entrar en grupos, tal y como hace unas décadas sucedía en algunas zonas de Nueva York. De hecho, algunos barrios judíos de la capital francesa cuentan hasta con su propia seguridad al estimar que los cuerpos públicos no resultan suficientes para garantizar la integridad física de los viandantes.

Barcelona, víctima de la inseguridad
El auge de la inmigración, sobre todo de origen musulmán, ligado a un incremento de la inseguridad, ha generado el incremento de esta ola de inseguridad que aturde a la ciudad condal. Tan sólo durante el presente agosto se han producido episodios violentos tan lamentables como el atraco a una anciana de 92 años por dos MENAS (Menores No Acompañados) que acabó con la mujer hospitalizada; dos hombres que por ayudar a un tercero, que había sufrido un robo, acabaron apuñalados por un marroquí; o los cuatro turistas apuñalados por 12 magrebíes. ¿Por qué la gente muere ya como moscas en Barcelona? ¿Por qué no se incrementa la presencia policial en las calles?
Una inseguridad que se traslada también al ámbito de las violaciones en grupo, como la famosa Manada de Manresa, cuya nacionalidad magrebí adelantada por nuestro medio digital, ya fue confirmada; o la reciente Manada de Blanes, esta vez protagonizada por 3 cubanos que supuestamente violaron a una chica española. Acontecimientos que por desgracia comienzan a dejar de ser sorprendentes dado el llamamiento que la propia alcaldesa Ada Colau realiza al ofrecer contratos de trabajo a los inmigrantes que entran de forma ilegal en nuestro país.