Madrugada de odio independentista en Barcelona

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El clima en las calles de Barcelona está cada más tenso. La capital catalana se ha convertido en un hervidero. Los nacionalistas se van quitando la careta del pacifismo en el que tanto se escudaron, dejando ver lo que esconden en realidad: violencia, represión y una brutal agresividad.

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Al caer la noche, los separatistas rodearon la Conselleria de Economía, donde se encontraba un dispositivo de la Guardia Civil. Los agentes no podían salir del edificio, ya que los manifestantes lo impedían. Se quedaron, literalmente, atrapados durante horas en el centro de Barcelona. Mientras un cordón de seguridad de los Mossos d'Esquadra protegía los accesos y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad esperaban refuerzos, los manifestantes destrozaron los vehículos oficiales.

No tuvieron ningún reparo en reventar tres coches de la Guardia Civil. Las lunas de los vehículos quedaron hechas añicos, en el interior todo estaba lleno de basura y en el exterior, fueron empapelados con esteladas y pegatinas secesionistas.

Resulta curioso que, en uno de los carteles que pegaron repetidamente sobre los coches, se podía leer la palabra 'democracia'. Queda claro lo que algunos entienden por democracia: o haces lo que yo digo o te acoso y te empapelo. Literalmente.

Los Mossos d'Esquadra cargan de madrugada

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Tras repetidos intentos de persuadir a los manifestantes, al final, fue necesaria la presencia del grupo de antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, que se vio obligado a intervenir a las 1:30 de la madrugada. Los agentes recibieron la orden de cargar contra los independentistas, para que los Guardias Civiles pudieran salir de la Conselleria

Se produjeron fuertes forcejeos entre los Mossos y los separatistas; de hecho, uno de los manifestantes tuvo que irse en una ambulancia pasadas las dos de la madrugada. Una hora más tarde, y con la zona despejada por un cordón de seguridad, cinco agentes de la Guardia Civil lograron marcharse del edificio vestidos de paisanos. Después, consiguieron subirse a coches, sin logotipo oficial, para poder retirarse de esa zona.

A pesar de eso, fueron abucheados y perseguidos por los manifestantes. 15 agentes de la Guardia Civil quedaron todavía retenidos durante varias dentro del edificio, rodeados de separatistas. Mientras que más de un centenar de personas sitiaban en la puerta de la Conselleria.

Unas imágenes vergonzosas que ya han dado la vuelta al mundo. A la 'revolución de las sonrisas' se le empieza a caer la careta...

Patricia Malagón
Autor: Patricia Malagón
Periodista. Economía y mercados. Liberal.

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