Los medios digitales de la izquierda catalana vuelven a estar en estado de ebullición contra la Librería Europa, el controvertido establecimiento de la calle Séneca, centro neurálgico de las protestas antisistema de Barcelona.
El local, propiedad de Pedro Varela, condenado en 2010 a dos años y nueve meses de prisión (y citamos la sentencia de manera literal) por "un delito de difusión de ideas genocidas y atentado contra los derechos fundamentales y las libertades garantizadas por la Constitución", decidió colocar su particular parada de Sant Jordi en el concurrido paseo Lluís Companys de la ciudad.
La prensa independentista denuncia que, la Librería Europa, montó un estand (engalanado con la senyera de Cataluña) en el que "se invitaba a visitar las actividades que realiza, a acceder a su web y se distribuyeron ejemplares de propaganda". "Delante mismo se puede ver la flota de libros neonazis de la mesa", relatan.
La escena fue comunicada, como era de esperar, a los Mossos d'Esquadra, que acudieron al lugar a comprobar si el local disponía de la documentación y los permisos en regla.
El día 23 de Abril se vendieron, en toda Cataluña, miles de libros, algunos incluso destinados al público infantil, que hacían apología indisimulada de la independencia, el separatismo y el odio a España más visceral. De esos no se quejaron ni dijeron nada. Faltaría más. Daños colaterales de la libertad de expresión.
