Tras haber estado recluido en el palacio de La Mareta durante unas larguísimas vacaciones de verano, las más extensas de todos los líderes europeos, Pedro Sánchez ha visitado la zona afectada por el incendio de Navalacruz y ha firmado la escayola a ‘Paquita’, una vecina de Sotalbo, en Ávila.
Es un gesto inusual en una persona fría y distante como Sánchez pero no es casualidad: forma parte de la nueva estrategia de comunicación de su nuevo jefe de Gabinete, Óscar López. Moncloa busca con este tipo de vídeos estilo ‘norcoreano’ -en los que la gente aplaude con entusiasmo y rendidos al presidente- que Sánchez tenga más roce con la calle y gane empatía. Es la forma en que el socialista busca remontar en las encuestas. En la política, como en la vida, es todo puro teatro.
“Paquita, en la vida te verás en otra”, se podía escuchar mientras la mujer le pedía al presidente que no se olvidase de su pueblo. “No lo voy a hacer, no lo voy a hacer”, le ha respondido Sánchez. «Para Francisca, con cariño, Pedro», ha escrito el presidente en la escayola de la mujer, que ya sabe qué hará con ella cuando se la quiten: «Si valiera para algo la subastaba aquí en Sotalbo, para ayudar».
Un digital ‘sanchista’, de cuyo nombre no nos queremos acordar, lo ha descrito como un momento histórico: «Sánchez hace lo nunca visto al acercarse a esta vecina de Ávila: es ya historia de internet». A muchos fans del presidente se le habrán saltado las lágrimas. Ya somos Venezuela.
Todos queremos ser Paquita. https://t.co/X8xzXiexMl
— David Iglesias (@davidiglesiasec) August 22, 2021
