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El Melillero no ha tardado ni 24 horas en dar la nota en prisión. Nada más entrar en la cárcel de Alhaurín, en Málaga, el inmigrante de origen marroquí, detenido por rociar con ácido a su exnovia y a una amiga en el coche, se ha declarado en huelga de hambre como protesta comunicándolo a la dirección del centro penitenciario. La razón es que se le trasladó a un módulo de régimen cerrado, habilitado para los internos que deben cumplir la cuarentena por el Covid-19. Y como no le gustó la decisión, optó por la huelga. Además, se le ha aplicado el artículo 75.1 del régimen penitenciario para protegerlo, dado que el caso es muy mediático y en la cárcel cumplen condena presos de Cártama y Casabermeja que podrían provocar algún incidente, según fuentes penitenciarias.