
La liquidación de la soberanía nacional en España, ha tenido como principal protagonista a la izquierda política de este país. No han sido los únicos culpables. Éramos muchos los que nos alegramos de la caída del telón de acero en 1989, escenificado con la caída física del muro de Berlín, muchos los que pensábamos que se abría un nuevo mundo de esperanza, reconciliación y libertad, después de años de tiranía y opresión por parte de los regímenes comunistas en gran parte de Europa. No fuimos conscientes de que a la felicidad inicial y a la desaparición del comunismo en Europa, se le unió una nueva reorganización del tablero internacional. Llego lo que conocemos como la globalización, una vez roto el equilibrio este oeste.