
Su presentación en sociedad fue única. En 2016 piratearon a los jefes de todo, a los fundadores de Twitter y Facebook, Jimmy Wales y Mark Zuckemberg y a los presidentes de Google y de Sony. Luego se entretuvieron: Netflix, HBO, National Geographic, el New York Times y Play Station, entre muchos otros, cayeron en su trampa. Y finalmente saltaron a los deportes con un hackeo en 2017 a Real Madrid y Barcelona, así como a equipos y jugadores de la NBA o la NFL. Ahora han vuelto.