
Cuando uno piensa en la tan manida superioridad moral de la izquierda, cuando analiza si existe una base solida que lo sustenta, llega a la conclusión en que nada es lo que parece. La izquierda se ha construido un relato basado en la mentira y en la falsedad, un relato que sería fácil de desmontar, si aquellos que tenían la obligación de haberlo combatido, hubiesen hecho lo que era su obligación. El lugar de ello, miraron a otro lado si ser conscientes de que esto podría afectar incluso a su propia supervivencia.