
La humanidad ha convivido durante miles de años con patógenos que han causado aniquilaciones masivas, las cuales han tambaleado, y hasta destruido, imperios, así como cambiado el curso de la historia. Desde la Plaga de Atenas que en el 430 a.C. mató a 150.000 (la mitad de la población) y posiblemente fue uno de los factores facilitadores para la posterior implantación del Imperio Romano, pasando por la Peste Negra de Bizancio del 542, que eliminó al 40% de la población en 4 meses (12 millones), hasta la Peste de San Cristóbal de La Laguna de 1582, cuando en la isla de Tenerife la peste negra se llevó la vida de 9.000 chicharreros (el 45% de la población de Tenerife).