
Es posible que yo esté leyendo muchas novelas en estos tiempos de pereza oficial y vagancia de jubilación, y tenga a millón la imaginación. Cuando uno lee a Stephen King, Tom Clancy y ahora en esto últimos tiempos a Robert Ludlum y observa el nivel de coincidencias de muchos de sus textos a la venta en los estantes, con algunas realidades globales de la política internacional, siente que no es malo poner a correr adelante a las fantasías. Y esto lo digo teniendo calientica la reciente detención del tío del diputado presidente (e) de la república bolivariana de Venezuela, Juan Guaidó.