
Jóvenes, adultos, personas mayores… Todos fingen tomar el aire dentro de la franja estipulada para el paseo, pero sus banderas les delatan. El sol reluce sobre el paseo de la Alameda de Valencia y le transmite toda su energía a las miles de personas que se desplazan orgullosas portando la bandera roja y amarilla tanto en capas como en banderas o pancartas. Cerca de tres mil personas se concentran a las 21:00 frente al edificio de la Delegación de Defensa de la Comunidad Valenciana. Es una institución emblemática donde los militares se disponen a arriar la bajada de la bandera. Una voz potente clama “viva España” y todos gritan al unísono “viva”, clama “fuera Sánchez” y la voz del pueblo responde “fuera”. Los grandes álamos del paseo que, a pesar de haber visto lo que ha acontecido durante 400 años, se sorprenden. Pues perciben sentimientos contradictorios y complementarios a su vez. El desdén, la indignación, la frustración, el patriotismo, la valentía, la unidad y una fuerte voluntad de cambio se palpan en el ambiente.