El PSOE los quiere sumisos y chivatos. No en vano, a lo largo de la historia, a los regímenes comunistas y totalitarios siempre le han gustado los delatores, los correveidiles, los bocazas. Ratas sin honor y ningún tipo de dignidad, capaces de vender a los suyos al mejor postor a cambio de su cota de popularidad y su palmadita en la espalda. Y si no, recordad las purgas de Stalin, en la antigua Unión Soviética, o la Revolución de los barbudos, en la Cuba de los Castro, o las temibles ‘checas de Madrid’ durante el terror rojo de la Guerra Civil.