En el póquer se juega de farol, haciendo apuestas y subidas estratégicas con la esperanza de que tus oponentes se retiren con manos mejores que las tuyas. Aunque los jugadores pueden farolear en cualquier momento de la partida, los competidores experimentados calculan sus movimientos para maximizar las posibilidades de que su adversario se retire. De este modo, pueden hacerse rápidamente con el control del bote de cada ronda: ¡todo es cuestión de cuándo decidas hacer tu jugada!
Hacer un farol con éxito se basa en una serie de habilidades que pueden adquirirse y que permiten a los jugadores optimizar su valor esperado y maximizar los beneficios. Esta completa guía pretende dotarle de los conocimientos necesarios para dominar este arte único.
¿Qué es el farol?
El farol en el póquer es una forma de arte que consiste en convencer a su rival para que renuncie a una mano mejor que la suya. A diferencia de apostar por valor, que implica esperar que alguien con una mano inferior te iguale, el farol requiere persuadir a tu adversario para que deje sus cartas superiores en cualquier variante del póquer, tanto si juegas una mano normal como una mano de Texas Holdem.
¿Cómo mejora el farol su juego global de póquer?
El farol y la apuesta por valor comparten el mismo objetivo: hacer una apuesta lucrativa. Por otro lado, si sólo apuesta cuando tiene una mano sólida, sus oponentes adivinarán fácilmente qué tipo de cartas tiene. Es un error que los jugadores inexpertos suelen cometer con regularidad, ¡evítelo a toda costa!
Al iniciarse en el juego, muchos jugadores apuestan de forma demasiado agresiva -faroleando mucho más de lo que deberían- o juegan de forma demasiado conservadora y no farolean lo suficiente. Si comete estos errores de novato en las apuestas más bajas, los rivales más experimentados se asegurarán de que no pueda volver a hacerlo, ya que castigarán duramente cualquier jugada de este tipo.
Aunque son sólo unos pocos, algunos jugadores nunca intentan ir de farol. Después de descubrir quiénes son, enfrentarse a ellos es relativamente sencillo. Siempre que apuesten cuando se revelen todas las cartas, puede descartar su mano a menos que supere a la suya en calidad; en ese caso, subirla sería lo más sensato. Otros participantes pueden farolear habitualmente con más frecuencia de la deseada.
Cuando se trata de un farolero habitual, es esencial entender que hay mejores opciones que retirarse. En su lugar, igualar es ventajoso la mayoría de las veces. Aunque tengan suerte y consigan manos reales de vez en cuando, su hábito de farolear demasiado hace que su decisión de igualar sea fácil. Con el tiempo, esta estrategia dará sus frutos, ya que ganará mucho más dinero permaneciendo en el juego que retirándose prematuramente.
Manténgalos alerta.
Es posible, aunque inverosímil, que pueda detectar un indicio de su adversario y saber cuándo va de farol. Incluso con esto, la desafortunada realidad es que los adversarios que siguen siendo impredecibles le darán más dificultades que los que son predecibles.
En las partidas de póquer con límite bajo, los jugadores suelen hacer demasiados faroles. Cuando juegas con límite fijo, todo lo que tienes que hacer es poner una apuesta extra, y puedes echar un vistazo a la mano de tu oponente - al final del día, por lo general tiene más sentido igualar que retirarse debido a lo grandes que tienden a ser los botes en relación con las apuestas individuales que se hacen.
Es pan comido. Suponga que tiene 90 $ en el bote y su oponente hace una apuesta de 10 $. El total ascendería a 100 $, y usted sólo tendría que igualar 10 $. Incluso si su oponente va de farol sólo 1 de cada 10 veces, le saldrá a cuenta igualar la apuesta según las leyes probabilísticas.
Esto significa que, muy probablemente, 9/10 llamadas le costarán sólo diez dólares cada una, lo que supone una pérdida total de 90 dólares. Pero entonces llega un momento en el que la suerte favorece; la recompensa es de 100 dólares, ¡lo que supone unos beneficios de 10 dólares en total después de esas 10 ocurrencias! Por lo tanto, podemos concluir que cada llamada valía al menos un dólar a pesar de no conocer su resultado de antemano.
El peligro del farol
Los faroles son esenciales en el plan de juego de un jugador de póquer de alto nivel, y el potencial de un farol puede ser igual de influyente. Un participante ideal entiende con precisión cuándo y cómo utilizar los faroles para maximizar su ventaja competitiva de forma eficaz. Esta imprevisibilidad hace que a los competidores les resulte difícil decidir si se enfrentan a auténticas apuestas o a una ingeniosa farsa. En consecuencia, los demás jugadores de la mesa necesitan ayuda para saber qué movimiento se producirá cuando se hagan las apuestas.
Adquirir la respuesta correcta puede ser todo un reto; ni siquiera los jugadores profesionales pueden acertar siempre. Por lo tanto, el farol debe utilizarse para ayudar a un jugador a ganar botes que habría perdido si jugara limpio y a ganar más dinero cuando tiene una mano superior. De este modo, la posibilidad de que te hagan un farol y el propio farol son útiles para cualquier jugador.
Cuando apueste con la mejor mano, su oponente normalmente no podrá saber si se trata de un farol. Y cuando hay un bote considerable en juego, lo más probable es que iguale la apuesta; esto cuesta menos que retirarse y perder posibles ganancias, porque las consecuencias de tirar sus cartas ganadoras son mucho más graves que simplemente igualar una apuesta extra.
Unas palabras finales
Para concluir, el arte del farol es una parte integral de cualquier experiencia de juego. Sin él, es más difícil ganar, aunque se conozcan a fondo los fundamentos del juego. Se necesita habilidad y práctica para dominar la capacidad de engañar a los oponentes, así que no te rindas si al principio te resulta difícil. Para iniciarse en la búsqueda de la grandeza en el juego, ¿por qué no visita GGPoker y prueba suerte? Con varios juegos de mesa de póquer clásicos y tablas de clasificación que recompensan el éxito, no hay mejor momento que éste para reforzar tus habilidades en el póquer.
